POR José Inés Figueroa Vitela
Dicen que en política no hay casualidades.
Todavía no sucedía lo del atentado contra los escoltas del Secretario General de Gobierno, cuando ya el Senador ISMAEL “N” traía “bién macheteado” lo que le dijeron debía declarar a los periodistas.
Así actúa él regularmente; le escriben que debe decir, se lo aprende de memoria, o de plano lo lee ante los reporteros y no hay forma de sacarlo de tales líneas.
Ayer que se hizo el aparecido por la Presidencia Municipal de Reynosa, los representantes de los medios de comunicación le preguntaron por su hermano, el exgobernador de triste memora, dónde andaba y cuándo iba a regresar.
Como eso no estaba en “el papelito”, el Senador hizo como que no escuchó y se la pasó repitiendo lo que sí estaba y no era otra cosa que, alusiones al evento que recién había pasado, para ensalzar a su consanguíneo y atacar al nuevo gobierno.
La actitud no pasó inadvertida para algunos reporteros que para pronto, cuestionaron la conveniencia del suceso, con su presencia en el lugar, preguntándole si no estaría su parentela y amigos involucrados en el atentado aquel.
Por supuesto esto tampoco estaba en el script que le hicieron al Senador y se fue repitiendo, caminando apresuradamente, hasta que ya no vio periodistas cerca.
ISMAEL fingió ir al palacio Municipal de Reynosa, a sacar una carta de residencia, para que su hermano se registre como precandidato a la Presidencia de la República, en el proceso interno panista.
La especie es tan falsa, como que la fracción III del artículo 82 de la Carta Magna establece que para ser Presidente se requiere: haber residido en el país durante todo el año anterior al día de la elección. La ausencia del país hasta por treinta días, no interrumpe la residencia.
La elección será el dos de junio del 2 mil 24, es decir, dentro de once meses menos dos días y FRANISCO “N” hace casi diez meses que anda a salto de mata en el extranjero.
Por eso, porque no existe de hecho la mentada residencia y porque el tramitador, de una constancia de esta naturaleza, lo debe de hacer personalmente, con firma autógrafa, fue que el ayuntamiento le negó lo solicitado.
Por supuesto que nadie, dentro y fuera del que dice es su partido, tomo en serio la supuesta aspiración de ser candidato a la Presidencia de la República, por dos razones simples: es un perfecto desconocido y los pocos que lo conocen, tienen una mala impresión de él.
Con excepción, en algunos casos, del puñado de delincuentes que con él saquearon a Tamaulipas, durante el pasado sexenio y/o le siguen vendiendo impunidad, hablando de fiscales, comisionados, auditores, jueces y magistrados.
Por quienes ahora sí concuerdan con la especie de, lo que siempre quiso fue, un escaño en el Congreso de la Unión para recuperar el fuero y seguir disfrutando del botín sin sobresaltos, hay otras noticias.
Entre los requisitos para ese campo también se precisa “ser originario de la entidad federativa en que se haga la elección o vecino de esta con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella”.
No descarte que la vuelva a hacer, el juez cómplice, solapado por el Consejo de la Judicatura, que a golpe de “amparos” le ha estado tendiendo el manto de impunidad para gastarse en Estados Unidos el presupuesto que saqueó de Tamaulipas y las colectas de los GOPEs entre el malandrineaje.
De lo que algo le estará tocando.
FRANCISCO “N” vive en Estados Unidos con un certificado de que allá nació; ahora tiene que venir pronto, para demostrar que acá reside, lo cual es falso.
No lo ha hecho, porque sabe qué hay otros jueces ajenos a sus redes de corrupción y tan probados, como están, los innumerables delitos que cometió, más de una orden de apreheensión puede andar por ahí esperándolo.
Que venga sí, que venga.
A ver si finalmente le echan el guante.
Que si candidato es, a donde vaya, por donde vaya, solo va a restarle simpatías, leídas en votos, al partido o personaje con el que se le asocie.
Veremos y diremos.