Por: Chano Rangel
Como se lo adelantamos la temporada de política buena, apenas empezaba en su etapa interesante, donde el fuego amigo, los buscapiés, y la galvanización política se daría justo al arranque del proceso de contiendas internas regionales y locales.
Precisamente cuando comenzaron los registros ante los comités municipales de cada partido, en su etapa de alcaldes y diputaciones locales, entonces y solo entonces salen relucir las persecuciones políticas.
De estas acciones políticas, quizá la que más llama la atención es la férrea persecución que la fiscalía y el poder judicial de Tamaulipas, hace en contra del edil Carlos Peña Ortiz, quien supera por 3 a 1 y ni todos juntos sus adversarios internos y externos llegan a los números que le dan las encuestas, más del 53% en preferencias electorales.
La fiscalía y el poder judicial de Tamaulipas aún están bajo el control del ex gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, que intenta allanarle el camino a su pupilo Luis René Cantú, quien busca ser el abanderado del PAN a la alcaldía de Reynosa.
El tema es por demás una clara persecución en tiempos electorales, cuando las decisiones se tienen que tomar en lo local, frente a frente, ningún aspirante interno o externo, le hace mella en las preferencias del elector a actual edil reynosense, para Peña Ortiz, cada proceso electoral es acudir ante jueces y ministerios públicos, es cuestión de que salga la convocatoria electoral, que levante la mano para participar y en automático, comienza la persecución judicial.
La acusación es por la compra de un rancho, que aseguran fue comprada con recursos de procedencia no explicable, su familia cuenta con los medios para este tipo de movimientos financieros, y, por si fuera poco, estas acciones se dieron cuando Peña Ortiz, no aparecía en política en ninguna competencia, y la temporalidad no tiene nada que ver con su participación dentro del servicio público.
De manera directa y en competencia seria, en territorio y en las urnas, ningún actor político en Reynosa cuenta con tanta aceptación del electorado para seguir al mando de la comuna, los enemigos internos y adversarios están buscando la manera de descarrilar la reelección de político y cortar las aspiraciones con acciones poco ortodoxas y de muy baja categoría.
Desde que el alcalde de Reynosa apareció en la escena política, la persecución política no se ha hecho esperar, como si fuera una película repetitiva cada campaña, cada proceso electoral donde el edil sale a competir, entonces también de manera casi directa comienza su persecución.
La historia se repite, el miedo a perder de manera legal en las urnas hace presa de los adversarios, que no tienen argumentos en lo personal y político, para ganar derecho una elección municipal; usar a la fiscalía y un poder judicial disminuido, ha sido una vertiente de anteriores gobiernos, que usaban estos medios para desacreditar enemigos y hacerlos a un lado políticamente de manera sucia, sin importar los medios que se usen.
Cuando no se construye nada en lo político y se aspira ser algo grande, pero no se tienen los medios, ni el carisma para lograrlo, se valen de asuntos leguleyos para ascender, sin embargo, el electorado reynosense, ha dado la confianza al actual edil Carlos Peña Ortiz, la guerra sucia está en todo su apogeo.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Una vez que se supo la lista de candidatos al senado por Morena, no todos estuvieron de acuerdo, el reynosense, José Ramon Gómez Leal, consiguió ser tomado en cuenta para ir a la competencia y salir en segunda fórmula para esta elección.
El día de ayer el prestigiado columnista Héctor de Maulón, da un análisis en su columna de la política tamaulipeca en tiempos recientes, no le diré nada, pero la puede leer en las columnas del Universal.
Las facturas por las malas decisiones se pagan inmediatamente en las urnas, y por eso se torna aún más interesante las vías que los distintos partidos pueden tomar en estos momentos cruciales para la vida política de Tamaulipas.
Apenas comienza la batalla.
chanorangel@live.com.mx