Por: Chano Rangel
Vaya trabuco que nos puso Donald Trump, en su primer día de gobierno, han pasado 48 horas y aún no sabe el gobierno mexicano como responder, la situación no es sencilla, pero la soberanía nacional no está en juego en este momento, lo que, si está en juego, es el respeto y la credibilidad del gobierno mexicano.
La situación en difícil en México sobre todo en el campo, donde el ex presidente quito todos los apoyos a la parte productiva de la agricultura, y son de estas áreas donde hay más migración hacia las grandes ciudades y al sueño americano, el área rural del país aporta muchos migrantes.
Si se aplicara la política migratoria a rajatabla y no como una amenaza con en el primer mandato de Trump, la situación estaría muy complicada para el país, la situación social, humanitaria y económica cimbraría las finanzas públicas endebles de nuestro país.
En primer término, tenemos que ver que se redujo el presupuesto en un 3.9 % del PIB, con eso las áreas de Seguridad, Educación, Salud y Ecología fueron drásticamente afectadas, inexplicablemente seguridad y salud, como si fuera verdad que estamos como en Dinamarca.
Al reducir los gastos de seguridad, salud y educación, una de las zonas más afectadas es la frontera con Estados Unidos, donde quizá la disputa territorial causa más estragos que en todo el país, si a esto le agregamos la falta de apoyos al campo de estos estados fronterizos, las cosas se ponen peor.
No podemos pasar por alto, que durante el gobierno del presidente López Obrador, se dejó a los estados fronterizos con un gran número de migrantes en casos de hacinamiento, no es raro ver en ciudad como Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Ciudad Juárez, Tijuana, grandes cantidades de personas de Centro América y el Caribe, y los últimos años, migrantes provenientes de Venezuela, que buscan mejores condiciones de vida en el país del norte.
Para municipios como Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros, la problemática de los migrantes es un problema latente, la vivienda en hacinamientos, la salud pública y la educación, son una problemática que no resuelve el gobierno federal, pero tampoco los municipios tienen la capacidad de atender esta problemática.
Los alcaldes de las ciudades de la frontera tamaulipeca, como Carmen Lilia Cantúrosas, Carlos Peña Ortiz y Beto Granados, se ven forzados a brindar seguridad, salud con recursos municipales, y claro esto también en algún punto afecta el presupuesto destinado para áreas de la ciudad.
En Reynosa, el edil Carlos Peña, activo el albergue Senda de Vida, donde se atiende a través de ONG y el ayuntamiento de las demandas de migrantes haitianos en su mayoría, que muchos de ellos ya han formado familias en esta ciudad, y que difícilmente se regresaran a su país. Pero eso no lo es todo, las deportaciones de connacionales ponen también a trabajar fuera de alcance a los ayuntamientos, y derogar recursos que no están contemplados dentro del presupuesto municipal.
Con la oleada más reciente de deportaciones masivas, los ayuntamientos de Reynosa y Matamoros se ven en la necesidad de actuar de forma humanitaria a favor de los compatriotas, otorgando pasajes de regreso a su comunidades, comida y hospedaje, claro que todo esto tiene un costo para el erario de los municipios, y al final los habitantes de esta ciudad pagan de manera indirecta el costo de una política migratoria errónea.
Por si fuera poco, otra de las acciones posibles es el cobro de impuestos a las remesas, sería algo catastrófico para miles de familias que viven de eso en nuestro país, y este impuesto sería un claro golpe a los migrantes en todos sus sentidos.
La frontera tamaulipeca de cumplirse los decretos de Trump, se verán afectadas, el estado y la migratoria deberán ponerse a chambear desde ya, es una política unilateral difícil de contrarrestar por nuestra parte, porque definitivamente nos podrá causar rabia, pero cada país dentro de su territorio puede aplicar la ley en la materia como mejor le plazca.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Las clases se suspendieron por tres días en Tamaulipas, la pregunta es si se repondrán estos días al finalizar el ciclo escolar, porque entre la ola de calor y las bajas temperaturas fácil llevan dos semanas inhábiles los alumnos de novel básico.
Un servidor también curso la primaria publica, y secundaria, pero jamás recuerdo haber faltado por lluvia, sol o frío, los maestros eran puntuales y los castigos ejemplares.
También he escrito la responsabilidad de los padres de familia, en favor de los maestros, donde muchas madres y padres, agreden a los maestros por querer disciplinar a sus hijos, pero en esta ocasión es en conjunto, para padres y maestros. Si estuvo fuerte el frio, pero no era para tanto.
Me imagino en el norte de estados unidos suspendido clases, ni siquiera en el Valle de Texas, se suspenden clases, pues no que estamos como en Dinamarca.
chanorangel@live.com.mx