Ciudad de México.- El emblemático nombre del estadio Azteca, que refiere a las hazañas de Pelé y Diego Armando Maradona, será sustituido por el de Banorte debido a que grupo Ollamani, propietario del inmueble y el cual es parte de Televisa, recibirá un crédito de 2 mil 100 millones de pesos para remodelar el recinto de cara al Mundial 2026. Una decisión que desató revuelo.
La subsidiaria Futbol del Distrito Federal SA de CV (FDF), la cual es parte de grupo Ollamani, firmó un millonario contrato de apertura de crédito simple con Banorte, el cual será utilizado para financiar las obras de remodelación y modernización del inmueble conocido como estadio Azteca, informó la sociedad bursátil de Televisa.
El plazo de vigencia del contrato es de 12 años a partir de la primera disposición y contiene declaraciones obligatorias usuales en este tipo de operaciones, agregó en un comunicado. Detalló que FDF deberá otorgar por obligación al banco ciertos derechos y beneficios relacionados con la señalización, anuncios, publicidad y el uso de los productos y servicios del banco dentro del estadio Azteca.
El grupo Ollamani fue creado en enero de 2024 como una escisión de Televisa; el presidente del consejo de administración es Emilio Azcarra Jean y tiene bajo su control al club América, el estadio Azteca, Play City Casino, editorial Televisa e Intermex.
El nacimiento de la sociedad bursátil llegó después de que el empresario y la televisora se vieran involucrados desde 2017 en un caso que investiga el Departamento de Justicia de Estados Unidos por supuestos sobornos para conseguir los derechos de transmisión de los Mundiales 2018, 2022, 2026 y 2030.
El contrato de crédito que ahora adquirió Ollamani para la remodelación del inmueble de Santa Úrsula fue con Banorte, propiedad de Carlos Hank González.
Pasajes de la historia
Los pasajes del Coloso de Santa Úrsula tienen una distinción especial en el futbol internacional. Además de ser la casa de la selección mexicana, es el único recinto que ha sido sede de dos Mundiales, con las coronaciones del brasileño Pelé en 1970 y del argentino Diego Armando Maradona en 1986.
Su peso histórico le permitió ser elegido como el escenario para el juego inaugural de la Copa del Mundo 2026 –que se llevará a cabo del 11 de junio al 19 de julio– y sumar así una tercera Copa del Mundo.
El recinto fue inaugurado el 29 de mayo de 1966 con un diseño creado por los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares Alcérreca bajo la corriente del brutalismo. El nombre del estadio Azteca fue elegido por Antonio Vázquez Torres, tras ganar un concurso que se realizó a través del Servicio Postal Mexicano entre los aficionados del país.
Si bien en su momento fue un recinto de vanguardia, incluso uno de los más grandes del mundo, aho-ra requería una remodelación para cumplir con los requisitos pactados con la FIFA cuando se le concedió a México, Estados Unidos y Canadá la sede del Mundial 2026.
Entiendo que en un momento dado se necesitan de acuerdos comerciales para conseguir ingresos ante una remodelación de esta magnitud y pueden poner-le el nombre de una marca, pero ya como le diga la gente (al recinto) es otra cosa. Yo seguiré hablando del estadio Azteca, y creo que muchos lo harán. Azteca significa raza, México, dijo el ex seleccionado nacional Enrique Borja.
El cambio de nombre de los estadios por marcas que los patrocinan ha sido una tendencia global. En México, los recintos de Monterrey y Guadalajara, que también serán mundialistas en 2026, recibieron hace un par de años la denominación de empresas que invirtieron en los respectivos clubes que son dueños de los inmuebles.
El nombre ya fue sustituido en las redes sociales del recinto e incluso el anuncio que lo identificaba a la entrada fue cubierto por una manta como parte de la transición. No obstante, los aficionados reaccionaron con molestia.
Pónganle como quieran. Es y seguirá siendo siempre el estadio Azteca, señalaron varios usuarios en redes sociales. El nombre ya trascendió en el tiempo y perdurará en la conciencia del colectivo, agregó otro aficionado.
En la memoria mundial
Raúl Barrios, ex director de operaciones del Coloso de Santa Úrsula, aún recuerda cuando intentaron cambiarle el nombre al recinto hace casi 20 años en conmemoración a Guillermo Cañedo, quien fue-ra directivo del futbol y clave para traer a México el Mundial de 1986.
La instrucción fue quitar todo lo que dijera Azteca, pero el recinto ya tenía reconocimiento internacional. Incluso, en un partido amistoso, los silbantes, quienes eran extranjeros, hacían comentarios jocosos porque México no jugaba en el estadio Azteca, narró.
Con la muerte de Emilio Azcárraga Milmo, la presidencia de Televisa pasó a manos de Azcárraga Jean, quien decidió restablecer el nombre histórico del mítico inmueble.
Vio que el cambio no había sido bien recibido por nadie. De la noche a la mañana regresó el nombre de estadio Azteca. Fue reconfortante. Ese nombre ya está tatuado en la memoria no sólo de los mexicanos, sino del mundo. No imagino ahora a los brasileños o argentinos hablando de las proezas de Maradona y Pelé sin mencionarlo.