- Hasta el momento, ni la Fiscalía General del Estado ni el Gobierno de Veracruz han emitido una postura oficial sobre el caso
Ciudad de México.- El pasado domingo 16 de marzo, Alin Isaday Salas Isidro, una joven de 27 años, fue secuestrada en pleno centro de Poza Rica, Veracruz. Ella es hija de Aída Isidro, quien forma parte del colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera, un grupo que desde hace años se dedica a la localización de personas desaparecidas en la región. Su caso se inscribe en un contexto de creciente hostigamiento y ataques contra quienes integran estas agrupaciones.
Testigos y miembros del colectivo informaron que el incidente ocurrió aproximadamente a las 17:00 horas en la calle Dos Oriente, justo frente a la Plaza Cívica 18 de Marzo, en la colonia Obrera. Sujetos armados y vestidos con equipo táctico interceptaron a Alin en el momento en que descendía de su automóvil, la obligaron a subir a un vehículo compacto y se dieron a la fuga en dirección desconocida.
En respuesta a su desaparición, la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Veracruz emitió una ficha de localización con información detallada sobre la joven. Se especifica que Alin Isaday Salas Isidro es de nacionalidad mexicana y nació el 17 de junio de 1997. Mide 1.40 metros, tiene piel blanca, ojos de color café claro y cabello negro, lacio y largo. Entre sus rasgos distintivos, se menciona que usa brackets y posee varios tatuajes en el cuello, el hombro derecho y ambos brazos. Se ha solicitado a la población que, en caso de contar con información relevante para su localización, se comunique al número 228 319 3187, disponible las 24 horas del día.
El caso de Alin ha generado indignación entre colectivos y organizaciones defensoras de derechos humanos, pues forma parte de una serie de ataques recientes contra miembros del colectivo María Herrera. Hace apenas una semana, otro integrante del grupo, Magdaleno Pérez Santes, fue asesinado tras ser detenido y golpeado por agentes de la Policía Municipal de Poza Rica. Dos oficiales fueron arrestados por su presunta responsabilidad en el crimen, evidenciando el riesgo constante al que se enfrentan los familiares de personas desaparecidas en Veracruz.
Asimismo, en enero de este año, se reportó la desaparición de otro padre buscador del mismo colectivo, Héctor Aparicio, cuyo paradero sigue siendo incierto. Con el caso de Alin Isaday, ya son tres eventos de violencia extrema sufridos por el grupo en lo que va del año, lo que refuerza la preocupación sobre la inseguridad en la que operan.
Maricel Torres Melo, representante del colectivo, lamentó profundamente este nuevo ataque y reveló que Aída Isidro se encontraba en labores de búsqueda junto con otras integrantes cuando recibió la noticia del secuestro de su hija. “Ella es hija de la señora Aída, es integrante del colectivo. Ayer precisamente la señora estaba con nosotros cuando recibió la noticia de que su hija había sido privada de la libertad”, declaró.
A pesar de la angustia que enfrenta la familia, Torres Melo destacó que mantienen la esperanza de encontrar con vida a Alin. “Como toda familia cuando desaparece una persona, están mal. Pero la fe no se pierde y la esperanza sigue de que ella pronto regrese a casa”, afirmó.
Alin Isaday ha participado activamente en las labores de búsqueda junto a su madre, especialmente en el caso de su hermano, Osiel Virgilio Juárez Isidro, desaparecido el 25 de noviembre de 2020 en Poza Rica. Desde el colectivo han reiterado que su trabajo no debe sustituir la obligación del Estado en la búsqueda de personas desaparecidas, pero han sido forzados a hacerlo ante la inacción de las autoridades.
Múltiples organizaciones civiles han denunciado el peligro en el que operan estos colectivos en México, particularmente en estados con altos índices de violencia, como Veracruz, Guerrero y Guanajuato. La desaparición de Alin Isaday se produce en un contexto en el que miembros de estas agrupaciones han sido objeto de vigilancia, amenazas y agresiones constantes.