Por: Chano Rangel
Nací y crecí en una comunidad rural allá en Ciudad Mante, desde niño supe lo que eran las faenas de un día de trabajo, bajo el sol y el calor de los 48 y 50 grados, sentías que la espalda se quemaba, que el rostro era golpeado por aire ardiendo, ni los afluentes de ríos y canales eran suficientes para mitigar el sofocante clima prevaleciente casi todo el año.
En ese momento, la máxima empresa era el Sociedad Cooperativa Ingenio Mante, controlada por un consejo de administración, que en su mesa tenía, a representantes de los ejidatarios, pequeños propietarios y a los empleados del ingenio, a través del sindicato azucarero. La disputa por el control de la empresa, terminó en violencia, el gobierno requisó y luego se vendió a empresas privadas, eso no fue el fin, unos años después, se vino una helada a destiempo y fuera de lugar, el Mante, no es de clima frío. Y con esa helada terminó con las esperanzas de una vida mejor de miles de elitarios, que rentaron, vendieron sus tierras y emigraron a las grandes ciudades como Monterrey, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros.
De esos muchos que emigraron está un servidor, que emigró a la frontera tamaulipeca, con la esperanza de mejorar las condiciones de vida, no se puede tener queja, el trabajo constante y la perseverancia dan siempre buenos resultados, pero hoy en día se vuelve preciso recordar esta historia, los motivos los narro a continuación.
Esta misma migración que se vivió en ciudad Mante, en la década de los 80s’ está de nuevo en las regiones agrícolas de San Fernando, Matamoros y Reynosa, pasando por el corredor del distrito de riego 025 y 026 de Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros. La crisis del agua, los altos costos de producción y los bajos precios de los granos tienen a esta región en un colapso económico sin precedente.
Los apoyos de gobierno han desaparecido, no solo en Tamaulipas, sino en todo el país, los problemas que enfrentan en Sinaloa, en la producción de maíz blanco es catastrófica, y el gobierno de la 4T, en vez de apoyos los acusó de corruptos, los insumos son muy altos y el precio de 5200 pesos, no alcanza para seguir produciendo, esto en esta del pacífico, el productor rural más importante del país.
En la entidad no estamos tan alejados, en el corredor agrícola de Reynosa, Matamoros, Río Bravo, Valle Hermoso, San Fernando, Méndez, pareciera ser que este año era el bueno, porque la producción estuvo aceptable rayando en lo ideal, pero los precios de estar hasta en 6200 por tonelada bajaron a 4300 pesos, dejando muy endebles a los productores de sorgo de toda esta región.
Las protestas no se han hecho esperar, han existido cierres de carreteros en la “Y” de San Fernando, pero parece ser que estos reclamos son hechos al viento, ni el estado, ni la federación, han dado una respuesta a esta justa reclamación.
Para que mejor me entienda, en el Valle de San Fernando, sembrar una hectárea cuesta alrededor de 6500 pesos; es tierra de temporal, y se tendrán que cosechar cuando menos 3 toneladas para que se un buen ciclo de siembra, pero si se cosechan 2 o 2.5 toneladas, las cosas dan un vuelco total, porque los insumos siguen subiendo el precio y la tonelada sigue bajando en el mercado internacional.
Los precios del sorgo se definen en la Bolsa de Valores de Chicago, donde se adjudica un precios a los granos, y el maíz es la base de todos, y este está por los 5300 pesos la tonelada, y sin ningún apoyo gubernamental la cosa parece complicarse, el gobierno de la 4T, desapareció prácticamente Procampo, y la aseguradora Aserca, los apoyos al Diesel, la gasolina, la semilla, todos quedaron sepultados, en su lugar se apoyó a la ineficiencia y la dádiva electoral, cuyo único campo que se rescata son los apoyos a adultos mayores.
Sin apoyos y sin ser escuchados los agricultores del Norte de Tamaulipas, esperaban tener una buena cosecha, ahora que las lluvias fueron benévolas, en lugar de eso fueron acusados de corruptos, de vividores, de traidores a la patria y de estar manipulados por los conservadores, nada más alejado de la realidad.
El campo a dejado de ser factor en temas electorales, ha dejado de ser títere de gobiernos neoliberales y de izquierda, quizá por eso todos los apoyos sociales, se trasladaron a las grandes urbes, donde si están los votos electorales y donde se gana las elecciones, la realidad les dará en la cara en el 2024, a quienes piensan que el campo es corrupto y enemigo de la patria.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Las corcholatas, se asumen como ganadores todos, todos se dan hasta con la cubeta, nadie quiere perder en una encuesta que, tampoco nadie sabe cómo se hará, cuyos resultados valdrán muy poco, si el gran elector ha tomado una decisión anticipada.
Todos en el partido gobernante saben que la palabra del presidente será inatacable, que desde esa silla con el águila de emblema se tomará decisión que tendrá como colofón la elección de un candidato dentro del morenismo.
Tan seguros están de la victoria que ya se reparten puestos, a todos los que han jugada de esa manera, la realidad los ha aplastado, como lo expresa Elías Moreno Brizuela, dirigente de la Cuarta Transformación por México, quien asegura que Morena, aún no gana nada, y que, de galvanizar el proceso interno, y no permitir la participación de la sociedad, este podría derrumbarse, repartir el pastel antes de hornearse es un mal presagio.
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