Por: Chano Rangel
Muchos padres de la generación X, como se llama a los nacidos en la década de los 70s y un poco de los 80s, recuerdan bien cuales eran las formas de corrección de la conducta en casa, si muchos, la inmensa mayoría recordamos la chancla, el cinto, el fuete, el cable de luz, la vara, y muchos utensilios que daban certeza de la disciplina que se imponía en casa.
Después de eso, llega una década, donde la generación millennials refleja el uso de la tecnología, que a nivel global nació con ellos, la computación, el internet, que, aunque no se inventó en esa época, su se popularizo en esta generación.
Pero esta generación, con tecnología en mano, el uso de la tables, celular, computación, y muchos inventos tecnológicos, olvidaron algo esencial, LA EDUCACION FAMILIAR.
La educación, como lo replicaban nuestros ancestros, se da en la casa, a la escuela se va a aprender, el maestro tiene la obligación de enseñarles conocimientos de ciencias, filosofía, matemáticas y otras ciencias, que ayudan a entender esta modernidad y la vida, pero no se educa, esa responsabilidad es del hogar, de los padres, y es ahí donde nuestra población está perdida.
Hace pocos días comenzó el nuevo ciclo escolar en México, pocos padres, de estas generaciones modernas, se ubican en su realidad, muchos jóvenes, que debutan como procreadores, aún siguen en la vida pensando que educar es una responsabilidad del maestro de la escuela, y no es así, estos mismos progenitores, olvidan su deber, y en su mayoría hijos de millenians que sienten que educar y aprender es la misma cosa; ocasionando que el maestro tenga que ocupar un rol de padre y esto hace una carga extra al maestro en su quehacer de educador.
Investigando a través de las redes, muchos maestros han sido agredidos por madres o padres de familia, porque sienten que, a su tesoro, el o la maestra le dio un castigo, le llamo la atención e implemento un correctivo ante el grupo, estas acciones han generado, agresiones hacia los maestros, que han tenido que soportar insultos, golpes y amenazas por padres que se sienten ofendidos, solo por el hecho que el maestro ante el grupo no deje que su hijo realice su voluntad y comportamiento.
Es preciso recordar que el maestro es un servidor público, y está sujeto a las reglamentaciones de la materia, pero también los padres de familia que erróneamente dejan la educación en manos del maestro deben de conocer que agredir, a un servidor público, es un delito que se castiga, y que tiene sus consecuencias.
La nueva generación, perdida en su creencia de educación y aprendizaje, es un reflejo de la convivencia de las nuevas familias, donde el tejido social está roto, donde los padres no asumen su rol como principales educadores y los jóvenes se pierden en la globalización de las redes sociales, donde tienen miles de amigos, pero no conocen a ninguno.
A pesar de tener familias más pequeñas, la nueva generación de padres no ha sabido tomar el rol de educador principal, argumentando las nuevas leyes a favor de la niñez, que en muchos casos ha servido como pretexto para no asumir la responsabilidad familiar.
Ver a madres de familia jóvenes, padres en adolescencia, es también preocupante, porque en el seno familiar, se carece de una responsabilidad compartida, que, al paso de los años, esta problemática recae o se atribuye indebidamente al maestro, que, en muchos de los casos, cumple un rol, que no corresponden con su función de dar enseñanza al nuevo alumno.
Las agresiones se dan en todas parte del país, maestros maltratados, humillados y amenazados, por padres insolentes, jóvenes en su mayoría, sin respeto al educador, queriendo suplir su responsabilidad, trasladándola al maestro omitiendo su tarea principal como padre o madre, educar bien a sus hijos, y este fenómeno, es lo que se muestra en una sociedad con jóvenes y niños metidos en redes sociales, donde sus padres, por no batallar, sueltan a merced de ellos, computadoras, teléfonos y tables, con internet abierto, haciendo una generación de niños y jóvenes perdidos, donde la raíz de todo, no es la pérdida de valores, si no la perdida de los padres en su función principal; educar.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
Mire ya paso el susto, las autoridades de Reynosa, a través de protección civil y protección animal, atraparon al tigre, que se escapó de una reserva de la ciudad, el alcalde Carlos Peña Ortiz, atento a las demandas ciudadanas, estuvo siempre a la orden, para atender este atípico problema de fauna salvaje.
Por otra parte, también con la dependencia de protección civil, el edil Peña Ortiz, y dependencias como servicios primarios, se dieron la tarea de la limpieza de drenes y canales, con esto se ha evitado el encharcamiento de agua de lluvia en este temporal de los últimos días en toda la región noreste de Tamaulipas.
Con estas acciones de prevención, en todas las de comunicación como redes sociales, medios masivos, se mantiene a la población alerta y atenta para los servicios meteorológicos, y tomar medidas precautorias desde los hogares, parte fundamental para una protección ciudadana efectiva.
Se hace patente también el llamado del alcalde Carlos Peña a la población para no arrojar basura a los drenes y canales o la vía publica, que también termina en los canales o pozos de drenaje, ocasionando taponamientos y perjuicios en la misma población, la ciudad más limpia, no es la que más se barre, si no la que menos se ensucia.
chanorangel@live.com.mx