Por: Chano Rangel
Nada es casualidad, Lázaro Cárdenas tuvo un sexenio desastroso, pero al final de su mandato, se dio la expropiación y paso a la historia, como uno de los mejores presidentes de México, el país lo recuerda, por sus últimos meses de presidente, porque de los primero cuatro años del cardenismo la historia lo borro de los libros y hoy los mexicanos solo recordamos al michoacano por los asuntos petroleros, que se convirtieron en bienes nacionales en su sexenio.
Por lo contrario, Carlos Salinas de Gortari, tuvo un sexenio de ensueño, pero al final, los errores y la sangre, los asesinatos políticos y una guerrilla le dieron el portazo para un final feliz, de 1988 a 1993 el país paso de ser un estado proteccionista a firmar el TLC, que hoy está vigente, y es parte fundamental de la cadena productiva de la región más prospera del mundo, Norte América.
Sin embargo, el sexenio de Salinas, fue prospero, se deshizo el gobierno de la mayoría de las empresas paraestatales, que eran un lastre, hasta bicicletas se fabricaban, pero eso impedía la competitividad de clase mundial. Todo se vendió quizá a precios por debajo del valor, ese fue un error, que resulto poco visto, porque los alcances del Tratado de Libre comercio, fueron de clase mundial.
El país no podía seguir manteniendo a una burocracia creciente, ahora disfrazada de obreros en las fábricas del gobierno, tampoco se pudo seguir financiando la inoperancia, con dinero público, competir en el mundo exigía cambios, que Salinas implemento, pero que al final de su sexenio, su desastroso sexto años, hizo que su historia fuera recordada hasta hoy en día.
Por otra un movimiento monetario, que luego se le conoció como el error de diciembre puso la marca a Ernesto Zedillo, que, sin embargo, termino su sexenio creciendo por encima del 5% del PIB y jamás México ha crecido a ese ritmo, ni en los mejores momentos de Fox, Calderón y Peña Nieto; el impulso de Zedillo a la micro y macro economía, dejar al dólar a la oferta y demanda, darle autonomía al Banco de México, y la creación de Instituciones como el INE, dieron al país, una solides a nivel mundial, y las inversiones extranjeras empezaron a llegar a raudales.
También Zedillo, fue un hombre demócrata, no se aferró al continuismo, le dio al PRI la posibilidad de cambiar, pero el viejo y gastado sistema no quiso perder su estatus quo, y en el pecado llevo la penitencia, jamás el priismo volvería a recomponerse.
Hoy vemos como después de estos dos ejemplos del pasado, como en tres sexenios, se mantuvo sobre todo el crecimiento, Fox, Calderón y Peña Nieto, fueron respetuosos de las instituciones de contra peso, he hicieron que el país creciera aun en contra de los pronósticos, y por problemas de inseguridad, como Felipe Calderón, y ese crecimiento fue en base a instituciones sólidas, al cumplimiento de la ley y a ser del sistema financiero mexicano, una moneda de valor.
Nunca regalar dinero del erario había sido, la más alta prioridad, por encima de la inversión, de la generación de empleos, y la creación de científicos, doctores y profesionistas que dieran al país el impulso para crecer, nada de eso se llevó a cabo en este sexenio que está por concluir.
Con una estrategia de seguridad fallida, con políticas públicas populistas y con un sentido de opacidad en el gasto público, aún no sabemos los mexicanos, en el sexenio incorruptible, cuanto costo la refinería de Dos Bocas, El Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles, y muchos programas más, que se manejan de manera discrecional, en el sexenio de la transparencia, lo menos que se tiene es certidumbre.
Los ojos del mundo, pero sobre todo los inversores, no llegaron a México, el nearshoring no se está aprovechando por la idea de un hombre y su nacionalismo mal encausado, las inversiones esperan mejores tiempos, como Elon Musk y la mega fábrica de Tesla en Nuevo León; y otros desarrollos que también esperan la llegada de la próxima presidenta, su dinero les da para esperar y no correr prisas.
Al presidente le urge cambiar la constitución, le urge que las leyes estén a su favor antes de irse, de lo contrario tarde o temprano la verdad saldrá a la luz, el tempo descubre todo, y con lo que está pasando en Estados Unidos, con las detenciones de este país, parece que la realidad alcanzo más temprano al presidente.
Claudia Sheinbaum, ya fue validada por el TRIFE, es ahora presidenta electa, y su camino tendrá que ser en dos vías, la primera cargando las imposiciones de su antecesor y la segunda buscando una formula propia capaz de quitarse el sello obradorista de encima.
Es cuánto.
De Aquello y lo demás…
El día de ayer, en Reynosa, el cabildo aprobó la fecha, hora y lugar para llevar a cabo el tercer informe del alcalde Carlos Peña Ortiz, quedando como sede oficial el Salón La Cantera, ubicado por la avenida Práxedis Balboa, donde se informará a los ciudadanos el estado que guarda el ayuntamiento en sus servicios, finanzas y obras.
Sin duda, este acto oficial y solemne, abre también la puerta para otro evento transcendental, donde el edil Carlos Peña, tomara protesta como alcalde por otro trienio más, lugar ganado en las urnas, con el voto mayoritario de los reynosenses, donde 151 mil sufragios hicieron historia como el edil más votado en la historia de Tamaulipas.
Con estos votos, Peña Ortiz, se convierte en una figura regional y estatal, su trabajo al frente del municipio más grande de la entidad, lo coloca, como uno de los liderazgos más promisorios del morenismo, en el estado, dando un giro de 180 grados, para lo que imaginaron el fin; y convirtiendo de paso a Reynosa, como el mayor aportador de votos para Morena en Tamaulipas.
Sin duda también, vendrán tiempos difíciles para el edil, crecer y subir en lo más alto de pódium, genera nuevos enemigos políticos, entre más se crece, también aumenta el tamaño de los adversarios, su caminar será vigilado con lupa por sus enemigos políticos, y los comentarios subirán de tono a medida, que su carrera avance en los próximos 3 años al frente de la ciudad más grande de Tamaulipas.
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